Las nuevas áreas urbanas de El Alto carecen de servicios (La Razón, 07.04.2014)
El Alto ha crecido en diez años 155 kilómetros cuadrados, la mayor parte en los costados de las carreteras a Oruro y Copacabana, pero también hacia Laja y Viacha. El 50% de los nuevos asentamientos son ilegales y carecen de servicios básicos y de un plan de urbanización; en ellos, las calles son de tierra, no tienen alcantarillado sanitario, ni gas domiciliario.
Por ejemplo, en los distritos 7 y 14, que se hallan en la carretera hacia el lago Titicaca, La Razón evidenció que las viviendas construidas se encuentran en desnivel unas de otras, como si las hubieran montado sobre escombros, morros y cerca de riachuelos.
A los costados de la ruta se observan casas de pisos, pero ingresando a las calles paralelas se observan hogares precarios. Hay muros perimetrales y viviendas construidos con adobe. Habitan familias de hasta siete personas que ocupan un solo cuarto. En el área es común que el baño sea un pozo ciego o que las personas utilicen las riberas de los ríos Sek’e, Seco, Larkajahuira, entre otros, para hacer sus necesidades.
“Nos hace falta atención de las autoridades, vivimos hace más de diez años en la misma situación. Sin luz en las calles todo es inseguro; sin agua ni alcantarillado las enfermedades son frecuentes. Por eso, que hagan hospitales, que ataquen los problemas en los barrios”, exhortó Mario Chura, vecino de Bautista Saavedra del Distrito 14, que se encuentra sobre la carretera a Copacabana.
Un similar panorama se observa en la ruta de la Ceja a Oruro. A partir de Senkata hasta el peaje de Achica Arriba, los barrios necesitan agua y alcantarillado. “Vinimos del campo con la intención de hacer estudiar a mis hijos y mejorar nuestras condiciones de vida, pero aquí es como vivir en el lugar de origen, e incluso en este sitio todo es más desordenado, allá todo era más limpio”, explicó Severo Quispe, vecino del barrio Puente Vela.
En ambos sectores existe otro problema común, es que los habitantes echan la basura en cualquier sitio, principalmente en las orillas de los ríos y las esquinas.
En Bautista Saavedra, cerca del río Larkajahuira, las personas usan las riberas del afluente como baños y como botadero de desechos.
“Cuando la Alcaldía hace zanjas para alguna obra, éstas se llenan de basura; la gente aprovecha para lanzar sus bolsas o a veces dejan sus desechos sin ellas. Lo peor de todo es que los trabajos de la municipalidad demoran mucho”, relató Ingrid Chumacero, vecina del barrio.
Destacó que la falta de baños es un problema para las mujeres. “Los varones son más sinvergüenzas, hacen sus necesidades donde pueden, nosotras tenemos que estar ocultándonos para que no nos vean”.
A este sector tampoco llegaron las conexiones de gas domiciliario. “Tenemos que esperar que vengan los camiones de gas y comprar las garrafas; recuerdo que la primera vez que me faltó gas tuve que cocinar con leña; las wawas no saben si hay o no, solo piden comida”, relató Cristina Mamani, vecina de Bautista Saavedra.
Los muros que rodean la mayoría de los lotes en estos distritos son de adobe, lo mismo que los de las construcciones. Las familias viven en un solo cuarto. Son algunas características en estos distritos alejados.
“Es la forma de vida que tienen en los sectores alejados, por la falta de planificación y asentamientos ilegales”, comentó el jefe de la Unidad de Límites de la Alcaldía de El Alto, Honorato Llusco.
La autoridad municipal recordó que en la urbe hay al menos 255.000 predios, unos ocupados, otros solo con muro de cerco o perimetral, y otros que ni siquiera tienen muralla y son considerados lotes.
Los asentamientos, según el funcionario edil, han provocado que las viviendas no tengan servicios básicos. “Lo que pasa es que estos lotes no están reconocidos en la Alcaldía como urbanización porque hay peleas internas por el derecho propietario y no hay quién haga los trámites para obtener la dotación de servicios”.
Quieren controlar expansión
En términos de planificación, la Alcaldía prevé la conformación de solo cuatro macrodistritos urbanos para no perder el control administrativo de las zonas.
Actualmente existen diez distritos. “Es una forma de controlar el crecimiento urbano y el movimiento económico y social de la ciudad”, dijo el secretario municipal de Desarrollo e Infraestructura Pública, Salim Yapur.